Contra la pared, fuerte y hasta el fondo ¡Les encantan y piden más!
No hay momento más placentero que estar colocado detrás de una nalgona caliente, que solo desea que le metas la verga y le des sin descanso. En esos momentos la comodidad parece ser un lujo inútil; no se puede o no se desea esperar demasiado. Se va directo al grano, o al orto. Y allí es cuando ubicamos una buena pared para darle lo que ellas tanto nos piden.
Con entrar fuerte y darles verga rápido les empapa la panocha y las deja gimiendo como gatitas. Tomarlas del pelo y nalguearlas es una jugada peligrosa: las puede enloquecer de placer o molestar y se terminó la cogida. Nosotros, que nos encantan los finales felices, reuniones los videos donde ellas se dejan hacer de todo.
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