Endemoniada, al cuerpo le sale fuego para fornicar
Se vuelven locas, no saben que les sucede, pero parece que están poseidas por el mismo demonio. Satán se apoderó de ellas y el pecado corre por sus venas. Su sangre cada vez circula más veloz y bombea sus coños y lo abren pidiendo un rabo que les calme su endemoniado cuerpo. Al rojo vivo se ponen las fulanas del demonio. Disfrutarlas!